Familias enteras que vagan por la ciudad en busca de una cama para su ser querido que se debate entre la vida y la muerte. Sin embargo, me pregunto: ¿no es el precio que aceptamos pagar? Desde que concluyó el confinamiento en junio, el Gobierno abdicó en su labor de proteger la vida de las personas. Negarse a hacer confinamientos duros en lugares de alta transmisión es sinónimo de tolerar la muerte. Si se tomaran las decisiones correctas hoy no estaríamos lamentando tanta muerte.
Source: EL Informador January 24, 2021 10:52 UTC