María, de siete años, se aferraba a su pequeña muñeca de trapo mientras repetía: “¡Se robaron mi beca, se robaron mi beca!... Cuando logré explicarle la situación a una funcionaria, me respondió media molesta: ‘¿cómo no va a saber quién cobra la beca de su hija?’. Le quedó claro: si quería saber quién hacía mal uso de los documentos de María y cobraba la beca, debía escarbar por méritos propios. “Pronto recibirá su beca, ya no le mueva, de lo contrario el apoyo se puede cancelar”, le dijeron a una de las madres. “¡Se robaron mi beca!”, insistía María, quien sueña con un viaje en avión.


Source:   La Crónica de Hoy
July 30, 2024 04:52 UTC