Ese fue el whatsapp que le mandó una querida amiga a Ana, mi hija, a avanzadas horas de la noche. Una de esas cenas fue la que tuvimos en Culiacán, el día 22 de marzo, la noche anterior a su asesinato. Luis Donaldo se sintió verdaderamente cómodo y en casa, entre aquellas personas que tanto se parecían a sus paisanos sonorenses. Y no dejo de pensar en lo que me dijo el día que me invitó a trabajar con él. “Ya hablaremos con más tiempo y detalle, Óscar, sólo una indicación importantísima ¡Ni un peso de los narcos, eh!
Source: La Crónica de Hoy March 28, 2019 06:00 UTC