La clase media que surgió de ese proceso era débil, no pasaba hambre, pero a duras penas podía acceder a servicios básicos y a una vivienda digna. Catorce años después, su cuerpo, debilitado por la diabetes, no pudo sobrevivir al virus. “El gobierno se olvidó de nosotros”, dijo su hija, tras el deceso, a una radio local. Solo hasta el 23 de junio, más de 3,100 indígenas habían sido contagiados y 369 habían fallecido, según la Red Eclesial Panamazónica. La muerte del apu Manuín nos lo ha vuelto a recordar.
Source: La Republica July 05, 2020 17:37 UTC