No nos confundamos; aquí está pasando otra cosa; y que no nos vengan con su “fenomenología del delito”. Debemos tenerlo claro: ya no estamos sólo ante gatilleros con revólveres calibre .38 al cinto (que ya era demasiado). Pasamos del perfil del “delincuente armado y peligroso”, al del psicópata capaz de hacer cualquier cosa a nombre de su organización. El bien y el mal son de suyo evidentes, sostendría Baruch de Spinoza; y en nuestro contexto, esa frase tiene pleno sentido y absoluta claridad. Es hora de que en el mundo institucional se den cuenta de que estamos nada menos que frente al mal radical; y que lo urgente es expulsarlo de nuestra realidad.
Source: La Crónica de Hoy August 23, 2018 06:11 UTC