Una mañana de junio del año pasado, el médico internista Leslie Soto subió las escaleras con dirección al tercer piso del pabellón donde trabajaba, en el Hospital Cayetano Heredia, y cuando llegó no podía respirar. Los periodistas lo conocían porque es un infectólogo respetado, carismático, y porque tiempo atrás había conducido un programa de salud en el canal del Estado. Esa primera vez, Leslie Soto llevó la enfermedad relativamente bien. Como el doctor Leslie Soto, que en febrero, en pleno ascenso de la segunda ola, volvió a caer enfermo. Cuando el doctor Leslie Soto salió del Cayetano Heredia, se enteró de que su hermana estaba en cuidados intensivos.
Source: La Republica July 18, 2021 12:56 UTC