Moisés López Olórtegui empezó así a detallar cómo había cometido uno de los asesinatos más horribles en la historia de Chimbote, atacando con un martillo a la misionera italiana Nadia de Munari. Busqué un martillo y una linterna para alumbrarme y los metí en mi mochila. Decidí escalar por una puerta de 2 metros y ya estando en el interior de la casa hogar escalé las paredes para llegar a las habitaciones de los pisos superiores”. ”Ahí decidí ingresar a una habitación, alumbrándome con la linterna, y encontré un celular sobre un escritorio. Nadia de Munari, misionera laica de 50 años, se encargaba de dirigir seis guarderías y una escuela de primaria para 500 niños.
Source: La Republica July 18, 2021 10:26 UTC