Don Chinguetas y su esposa doña Macalota hacían un viaje largo. Cuando llegó la noche ella ocupó su litera, la de abajo, y don Chinguetas subió a la alta. Al día siguiente doña Macalota amaneció desgreñada, desguabilada, desguarnida, desguanzada, desfallecida, desgualdrajada y deshabida. Para cubrir el expediente hágame el favor de traer una solicitud acompañada con una fotografía reciente de su señora madre". Esa curiosa admonición puede dirigirse a los políticos -más bien politicastros-, que están haciendo de este país, por causa de su desapego de la legalidad, un Estado en el cual el orden jurídico y la ley no cuentan.
Source: El Norte August 04, 2021 10:42 UTC